Mi madre tiene 85 años, es una persona mayor y frágil desde hace 15 años con la capacidad funcional conservada gracias a los cuidados y atención que recibe por mi parte.

 

Vivo con ella, me encargo de que tome la medicación y se la compro en la farmacia. Con una larga trayectoria y deterioro óseo por la artrosis que le impide ponerse de pié, sino es con su bastón, su gran ayuda para poder caminar, además de ser su inseparable amigo que se lo compré en una tienda especializada para mejorar la calidad de vida a las personas mayores. Que se ha dado grandes caminatas de mi brazo.

 

Además está diagnosticada de una insuficiencia cardiaca desde hace 7 meses que la tiene estable y todavía no ha precisado de ningún ingreso hospitalario.

 

Todos los días le recuerdo que tenga presente llevar una alimentación “sana y sin sal”, ya que van a ser de gran ayuda para mejorar su calidad de vida; que camine despacito acorde a sus posibilidades y descanse. En casa hago las limpiezas generales y de altura para prevenir que no tenga ninguna caída.

 

También tiene insuficiencia venosa, tiene mala circulación de la sangre en las extremidades inferiores. Todos los días le doy sus masajes con crema hidratante para ayudar a circular la sangre y prevenir trombos, además de ponerle todos los días las medias de compresión. Realiza sus actividades de la vida diaria con un gran esfuerzo y dolor de espalda que le impide ponerse recta, excepto el peso de las compras que se las llevo a casa, para que no lleve pesos y sufra su cuerpo.

 

Todos los días recibe mis masajes con la crema Voltadol forte para calmarla durante unas horas ese dolor que le hace sufrir mucho. Al dolor se une el estado de mal humor debido a su estado general y con rotura de los manguitos de cada hombro, le pongo remedio distrayéndola y manteniendo con ella una conversación distendida, haciéndole pasar un rato agradable, haciéndole olvidar el dolor. En casa, enciendo la radio para que esté informada de la actualidad y el dolor no se haga propietario de su organismo, por eso, cuando sale a la calle va agarrada conmigo y esto la ayuda a ser una persona con mayor funcionalidad.

 

Muchas veces no tiene ganas de salir de casa pero le animo y planifico el día: uno de compras y hacer recados, otro de visita a centros comerciales, escapadas cortas, ir a fiestas juntas, en fin, salidas dinámicas y mantenerla con ganas de vivir.

 

Siempre la ha gustado estar guapa, cuidar su imagen y su pelo, pero le cuesta peinarse; yo misma, le asesoro y ayudo a poner guapa su imagen para mantener su alegría. Para mí, es muy importante que mi madre siga siendo una persona útil con la que tomo decisiones de mutuo acuerdo, que no haya tenido ningún ingreso hospitalario por su patología cardiaca. Siendo mi objetivo primordial prevenir que sea hospitalizada gracias a su “vida activa y saludable”.

 

Uno de sus gustos es leer revistas de actualidad, se las llevo a casa todas las semanas. No dejando de lado de ver la tele, especialmente vemos juntas los programas de famosos y del corazón, también le gustan los realitys.

 

Desde que empezó con el dolor crónico hasta la actualidad trato de investigar a través de revistas de salud y libros para favorecer su día a día, intento estar al día de las cremas que pueden aliviar el dolor, de iniciativas para favorecer su estado físico y psicológico, también realizo cursillos de forma online para cuidadores.

 

A día de hoy mi madre tiene una vida llevadera, aunque con sacrificio y dolor.

 

Por último, es una gran satisfacción para mí, cuidar de una persona que necesita ayuda a nivel físico y funcional. Es un rol y una relación de ayuda incondicional, trabajándolo como yo, día a día se puede sacar una persona adelante.

 

Quiero decir: Paliando el sufrimiento moral y suprimiendo el sentimiento de no poder ser útil con todos los cuidados y atenciones. Vale la pena dar todo por una persona mayor frágil, llegando a la meta de seguir siendo una persona funcional. Para llegar hasta aquí, he pensado en cuidados, en prevención, en investigar para ofrecer una calidad de vida.

 

Seguiré así, para mantener la calidad de vida de mi madre, lo más bonito en esta vida es que una persona mayor sea funcional.