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Hoy en día ser madres y padres es un reto. Construir una familia es construir un proyecto. Es importante conocerse y aceptarse como familia.

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En la época que nos encontramos, las familias se encuentran viviendo situaciones de angustia continua. Están presionadas por un lado, por las expectativas que se han generado hacia ellas y, por otro, debido a la inseguridad que el estado social y laboral les está generando.

Las familias se han convertido en equilibristas, especializadas en caminar constantemente sobre una fina cuerda y sostener sobre sus espaldas las emociones que les genera esta situación, pero sin dejarlas caer, cuidándose mucho para que no se conozcan de cara al exterior.

Este camino, está lleno de emociones, provocadas por los riesgos recorridos, las presiones y los miedos. Pero contenidas en la gran mayoría de las ocasiones por sentir que algo se está haciendo mal.

Ahora, reflexionamos sobre cómo la expresión de los sentimientos, originados entre los miembros, forja unas relaciones positivas y gratificantes. Mientras que la falta de comunicación o la existencia de una comunicación negativa, ocasiona serios problemas entre las relaciones que mantienen los miembros que componen la familia.

Los conflictos que aparecen entre los miembros de una familia, se deben en la mayoría de los casos a la tensión acumulada, sobre todo, por las dificultades encontradas para realizar de una forma correcta las labores de cuidados que necesitan los miembros.

Hoy en día, ser madres y padres es un reto. Necesitan superar gran cantidad de apuros y dudas, para compatibilizar trabajo y familia. Además, tienen que hacerlo de una forma determinada, ya que hemos generado tantas expectativas en nuestros bebés, como en nosotros mismos, que indudablemente nos sentimos obligados, no sólo a cumplirlas, sino a superarlas.

Cuando elaboramos el proyecto de Escuela de Madres y Padres lo hicimos con un objetivo principal muy claro, queremos ser un espacio donde las familias encuentren su momento y su lugar, donde puedan compartir sus experiencias, y en base a ellas participar de los conocimientos, que han ido adquiriendo a lo largo del tiempo. Por eso, este curso se basa en una idea muy sencilla, que definimos con una pregunta:

¿Por qué es tan difícil llevar la teoría a la práctica?

Y es que para poder aplicar y poner en práctica cualquier tipo teoría ya sea educativa o de otro tipo, primero hay que conocerse como familia, tenemos que saber cuáles son los obstáculos y así detectar las dificultades, también tenemos que saber qué puntos fuertes tenemos.

En segundo lugar tenemos que aceptarnos como familia, saber que tanto nuestras dificultades como nuestros puntos fuertes, son nuestras, y eso nos hace únicas y genuinas.

Si aplicamos bien estos pasos podremos desechar ciertas teorías, o al contrario, darlas por válidas para nuestra propia familia. Entender que cada familia es diferente, porque la componen individuos diferentes.

El curso de Escuela de madres y padres proporciona un canal de comprensión de las emociones, como algo necesario para llevar a cabo el proceso educativo de nuestros hijos e hijas.

Comprender esto es importantísimo, ya que nos aclara, el por qué un miembro de la familia no puede poner en práctica ciertas teorías con su hijo/a, mientras su pareja sí que lo puede hacer.

Ser padres y madres y construir una familia es construir un proyecto, significa trabajar para cuidar, proteger y educar a nuestros hijos e hijas, y este es el trabajo más difícil e importante que existe.

Con este trabajo se genera el producto de los hijos e hijas, el mayor bien social. Y hacerlo correctamente exige una responsabilidad enorme, ya que es un trabajo que repercute en toda la sociedad, hacer un buen o mal hijo es un tema muy serio.

Por lo tanto, si para cualquier proyecto lo más importante es la confianza, para este lo es todavía más. Es fundamental que primero se crea en él, en las personas que lo llevan a cabo y hay que dar a los directores del proyecto el valor que se merecen.

Las distintas tipologías de familias que existen hoy en día hacen que ser padres y madres sea algo nuevo. Apenas contamos con ejemplos anteriores que puedan enseñarnos de forma vivencial como llevar a cabo esa tarea con las condiciones que tenemos hoy.

La gran mayoría de nosotros hemos sido cuidados por nuestras madres, cuyo trabajo esencial era ese, cuidar del hogar y de la familia. Un trabajo básico para la supervivencia del ser humano y al que no le hemos dado la suficiente importancia.

Tenemos que adaptarnos a la nueva estructura social. Actualmente la mayor parte de nuestras familias carecen de la figura de cuidados exclusivos para el hogar.

Podemos encontrarnos que la pareja trabaja fuera de casa o a madres y padres que no cuentan con parejas (divorcios, madres y padres solteros) y cuando llegan al hogar tienen que realizar en un tiempo récord lo que antes se hacía en una jornada entera. Estas situaciones son nuevas de las que tenemos que aprender para evolucionar y crecer.

Los seres humanos tenemos que adaptarnos para poder desarrollar nuestra etapa de maternidad y paternidad. Pero a la vez, nos sentimos obligados a dar una continuidad al resto de nuestras facetas. Esta posición es realmente compleja y no pasa de largo sin hacernos sentir que estamos dejando de lado a algo o a alguien, o que estamos fallando, y es aquí cuando aparece nuestro sentimiento de culpa.

El sentimiento de soledad y de aislamiento que sienten y verbalizan muchas familias se corresponde con la necesidad de un mayor apoyo para poder llevar a cabo el proyecto más importante que nunca han tenido, el cuidado y educación de sus miembros dentro del hogar.

Esta tarea no se puede realizar solo con buenas teorías, también es necesaria la experiencia de todos los seres humanos, las vivencias y los conocimientos adquiridos durante la maternidad y paternidad y cómo la introducción de este nuevo estado ha repercutido en las vidas.

Es necesario dotar a las familias de herramientas, experiencias y conocimientos para que sigan creciendo y progresando, haciéndoles saber que son la unidad más importante para el desarrollo social.

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