A todos nos gustaría que nuestros hijos nunca tuviesen fiebre, cogiesen un catarro o padeciesen esa típica enfermedad propia de los escolares. Sólo quien es padre conoce la terrible sensación que aparece cuando vemos comprometida, aunque sea de manera mínima, la salud de nuestros pequeños.

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Pero por desgracia, no tenemos una varita mágica que les convierta en seres humanos inmunes. Nuestros pequeños están más tiempo en el colegio o instituto que incluso en su propia casa. De ahí la importancia de una buena educación escolar basada en el aprendizaje de hábitos y costumbres saludables, tanto a nivel físico como a nivel mental.

Una dieta equilibrada, ya sea en casa o en el comedor escolar, será clave para su desarrollo y también para mejorar sus defensas ante cualquier elemento externo inesperado. Los buenos desayunos y las cenas poco copiosas sirven de gran ayuda. Además, el ejercicio constante mejorará su bienestar no sólo corporal sino mental. Cualquier tipo de esfuerzo de carácter intelectual y/o físico será beneficioso para su organismo. Por la noche descansarán mejor y la rutina diaria será mucho más llevadera.

La doctora Concha Parra es Licenciada en Medicina por la Universidad de Cantabria, con un máster en Edición y cuenta con más de 16 años de experiencia profesional como Médico de Familia en Centros de Salud de Madrid. Nos dará algunos consejos sobre cómo prevenir enfermedades en edad escolar.

El caballo de batalla de cualquier padre es una enfermedad infecciosa

Ayudando a prevenir enfermedades

Normalmente son los padres primerizos los que interpretan cualquier mínimo cambio en el estado del menor -llanto, fiebre, tos...- como un posible indicador de que algo le sucede. La experiencia aquí es un grado y a lo largo de los años estos jóvenes progenitores acaban distinguiendo una patología normal de otra más grave y que requiere atención médica urgente. El caballo de batalla de cualquier padre es una enfermedad infecciosa, ya sea por virus, bacterias, hongos o parásitos. En un contexto escolar donde los pequeños andan en constante movimiento y contacto, es lógico que puedan enfermar. Algunas pautas de prevención podrían ser:

Lavarse las manos correctamente y enseñar a los niños a toser y estornudar Espacio abundante para que los niños jueguen Limpieza y desinfección de espacios susceptibles de acumular gérmenes 
 Controlar la vacunación  No permitir que se compartan elementos de higiene personal  Instruir al personal sobre las características de las enfermedades infecciosas


Y, sobre todo, no hay que llevar al menor a la escuela si está enfermo o tiene síntomas de haber contraído alguna enfermedad. Aunque muchos padres no tienen con quién dejar al menor, esta es una medida prioritaria para evitar el contagio a los demás niños. No te pierdas la masterclass sobre cómo prevenir enfermedades en edad escolar.