¿Quién no ha oído hablar del estrés? ¿Y quién no lo ha sufrido en algún momento de su vida? Cada persona es un mundo. Aquello que ayer no nos afectaba es probable que hoy nos cause estrés. Algo que genera tensión en uno no tiene por qué causarlo en el otro...

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Una vida ajetreada en la que vamos corriendo a todos lados; un trabajo que no nos permite relajarnos ni por un instante o situaciones familiares que nos mantienen en vilo más de lo debido son solo algunas causas de aparición del estrés. Éste depende tanto de los agentes que lo causan (muy diversos), como de la persona que los percibe. Una cosa que me resulte muy estresante puede no serlo para otra persona, o, incluso, para mí mismo en otro momento de mi vida.

Para conocer más acerca del estrés no te pierdas la próxima masterclass de Sandra Gómez, doctora en psicología. En su actividad profesional ha combinado la asistencia clínica, con la investigación y la docencia, además de ser autora y coautora de diversos documentos científicos entre los que se incluyen libros, capítulos y artículos. En cuanto a su actividad docente, ha impartido cursos sobre la ansiedad ante exámenes universitarios.

A continuación presentamos algunas de las variables que los estudios han mostrado que tienen más importancia a la hora de percibir (o no) el estrés. En cualquier caso cabe resaltar que esta percepción dependerá de la confluencia de todos ellos, y no de cada uno por separado. En general podemos mencionar: 

1. La actitud

Una actitud negativa hacia uno mismo o hacia lo que hacemos puede llevar a que percibamos las cosas de manera negativa y puede llevar a: una pérdida de interés, una disminución de la autoestima, la necesidad de aislamiento para llevar a cabo la tarea, una sensación de incompetencia persona e irritabilidad.

2. Afrontamiento del estrés

Consistente en todos los esfuerzos que realizamos para hacer frente a todos los problemas que van surgiendo a nuestro alrededor y que nos causan estrés y también a ese malestar que se asocia a la respuesta de estrés. Estos esfuerzos pueden ser de tipo cognitivo (de pensamiento) o conductual (de acción).

3. El apoyo social

Éste puede ser considerado un recurso (social) de afrontamiento del estrés. Tener a alguien alrededor que puede proporcionarte asistencia (aunque solo sean palabras de ánimo) en los momentos de estrés resulta de gran ayuda y puede evitar un aumento de éste. No solo hay que estar rodeado sino bien rodeado. Cualquier mínimo detalle que provenga de otra persona será positivo.

4. Los hábitos saludables

Aspectos como la alimentación, el ejercicio físico, el cuidado de la espalda, el tabaquismo o los riesgos derivados del uso del vehículo pueden influir en la aparición del estrés. Mantener una dieta saludable contribuirá a mejorar nuestra salud y a fortalecer nuestro organismo. Una rutina de ejercicio constante será sumamente importante para mantenernos en forma y liberar a nuestro cuerpo de los quehaceres diarios. Elementos como el tabaco e incluso otros factores externos son peligrosos si queremos combatir al estrés. 

5. La capacidad y disponibilidad para relajarse

Conocer técnicas de relajación, saber utilizarlas y tener tiempo para ello pueden ayudarnos en momentos tensos y ayudan a prevenir el estrés. Si quieres conocer más acerca del estrés, no te pierdas la MasterClass: El estrés: sus causas, consecuencias y algunas técnicas para disminuirlo.