Caminar es vivir más

Practicar ejercicio con regularidad puede alargarnos la vida hasta siete años. Y además será una vida preferible: con menos riesgo de padecer enfermedades, más agilidad y mejor ánimo.

Realizar ejercicio tiene efectos favorables tanto físicos como psicológicos. Las endorfinas que se liberan al practicar deporte disminuyen la ansiedad, la depresión, la hipertensión arterial y el insomnio. Además, mejoran la agilidad mental y mejoran el estado de ánimo de quienes lo practican.

A medida que envejecemos debemos preocuparnos tanto por cuidar la alimentación, como por realizar ejercicio. Así evitaremos que los músculos se atrofien y que los huesos se deterioren más rápidamente debido a la inactividad. Además se reduce el riesgo cardíaco y de padecer diabetes, al tiempo que se gana en coordinación y flexibilidad.

Para mejorar nuestra condición física, y por ende nuestra salud, no es necesario apuntarse a un gimnasio. Todo movimiento que realicemos cuenta: caminar, ir a hacer la compra y ocuparse de la jardinería. Se puede combinar el ejercicio con el ocio realizando excursiones, paseos, nadando, bailando o montando en bicicleta.

La Organización Mundial de la Salud subraya la importancia de realizar, como mínimo, 30 minutos diarios de actividad física, ya que disminuye en un 34% el riesgo de sufrir infarto de miocardio y accidentes cerebro-vasculares.

Un estudio desarrollado por el Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos recoge que mantenerse activo y en forma puede aumentar la esperanza de vida de dos a siete años. Las poblaciones más activas físicamente suelen vivir más que las inactivas.

Los investigadores descubrieron que un pequeño incremento en la cantidad de ejercicio realizado, como caminar rápidamente una hora y cuarto a la semana, agrega casi dos años de vida. Y no solo eso: además disminuye en un 19% el riesgo de muerte en relación con quienes no practican ninguna actividad.

Y si se aumenta el tiempo de ejercicio hasta caminar 7 horas semanales de media, la esperanza de vida puede llegar a alargarse entre 3 y 4 años.