En este artículo trataremos aspectos fundamentales relacionados con la forma en la que los seres humanos nos enfrentamos a la adversidad a través de la resiliencia, y más en estos tiempos tan convulsos de pandemias, catástrofes naturales y las consecuencias, por ejemplo, de la guerra en Ucrania.
Resiliencia en tiempos de guerra
Nuestros líderes nacionales y europeos nos advierten de que estamos en guerra, pero no escuchamos explosiones que destruyen edificios, ni sirenas que advierten de un ataque aéreo, ni silbidos de balas, pero las consecuencias a las que nos vamos a tener que enfrentar y que, de hecho, ya nos estamos enfrentando, sí van a estar marcadas por este conflicto bélico.
Es evidente que sacrificios va a haberlos, como nuestra calidad de vida, que está y acabará deteriorándose. El llamado “Estado del bienestar” se va a tambalear.
Tras dos años de pandemia y el comienzo de una guerra que nos toca muy de cerca, la salud mental de nuestra sociedad se ha debilitado. Estamos emocionalmente agotados, todavía nos estamos recuperando de la pérdida de seres queridos y de una parte de la población a causa de una pandemia y acostumbrándonos a vivir con un enemigo potencialmente mortal, mientras que al mismo tiempo acecha, a un gran porcentaje de familias, una gran incertidumbre económica.
Aprender a gestionar toda esta incertidumbre y mantener el equilibrio no es fácil, por lo tanto, tendremos que poner en marcha mecanismos de recuperación a través de nuestra resiliencia.
Pero… ¿qué significa la resiliencia?
Resiliencia es un término que deriva del verbo en latín resilio, resilire, que significa “saltar hacia atrás, y rebotar”. El término proviene de la física y se aplica a la elasticidad de un material que tiene la capacidad de resistir golpes, choques o impactos fuertes, y volver a su forma original.
Dentro de las numerosas definiciones de resiliencia, nos quedamos con la de Grotberg, que nos dice: “La resiliencia es la capacidad humana universal para hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas e incluso ser transformados positivamente por ellas”.
La resiliencia nos permite adaptarnos al estrés y mantener nuestro equilibrio ante la adversidad, es decir, una persona resiliente cuenta con la habilidad para adaptarse exitosamente frente a la adversidad, el trauma, la tragedia, las amenazas y el estrés.
La resiliencia se considera uno de los mecanismos más avanzados de adaptación con los que cuenta el ser humano. Según la doctora en neuropsiquiatría Rafaela Santos, hay personas resilientes de manera innata o natural, de manera que les es posible recomponerse tras una crisis de manera más natural, rápida o relativamente más fácil. También nos dice que es una capacidad que, sin duda, puede ser aprendida por personas que en un principio se vean sobrepasadas por las situaciones.
Masterclass Desarrollo de la capacidad de resiliencia
En esta Masterclass tomaremos contacto con nuestra capacidad resiliente, con el fin de desarrollarla. La resiliencia, en el ámbito psicológico, está tomando fuerza como capacidad potencial para salir reforzados de las dificultades. Todo un ejercicio de superación, dedicar un tiempo para aprender más de esta capacidad psicológica que todos podemos desarrollar.
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¿Cómo construir la resiliencia en tiempos difíciles?
Los expertos coinciden en algunas estrategias que ayudan a desarrollar la resiliencia, es decir, esa fuerza interior, que nos lleva a afrontar sin miedo los momentos de cambio:
1.- Localizar las causas del problema.
El primer paso y el más importante en el proceso de convertirnos en personas resilientes es ser conscientes de la causa del problema. ¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué nos sentimos mal? ¿Qué es lo que nos ha llevado a una crisis vital?
2.- La introspección.
No solemos observar lo que sentimos y cómo lo sentimos, solamente buscamos algo de fuera que pueda aliviarnos el dolor. De esta manera, es más difícil lograr que nos sintamos mejor, porque estamos dejando nuestro “ser interior” en “modo automático” de rebeldía continua, lo que sólo nos provocará más sufrimiento. En definitiva, debemos aprender a escucharnos a nosotros mismos.
3.- La aceptación
Si no estamos dispuestos a aceptar primero el problema, no podremos ver la solución.
Hemos de entender que el cambio y la adversidad forma parte de nuestra vida. Las personas resilientes son flexibles y saben adaptarse a las circunstancias. Una persona con resiliencia nunca espera que los obstáculos desaparezcan, los usa como herramientas para crecer.
4.-La adaptación
Es muy probable que, tras una crisis, nuestra percepción de la vida y de todo lo que nos rodea cambie de forma radical. Puede que sintamos que nosotros hemos cambiado y que ya no volveremos a ser la misma persona que éramos antes. Puede incluso que percibamos que lo que ha cambiado es nuestra forma de vida y que ésta, físicamente, ya no pueda ser igual que antes. En ese caso debemos de trabajar la adaptación.
5.- El optimismo o proyección positiva
Se ha demostrado científicamente de una manera amplia y profunda, que las personas con carácter optimista tienen más facilidad y fuerza para superar las adversidades y las crisis que las personas que tienen un carácter pesimista.
Debemos imaginar un futuro mejor al presente. Encontrarle sentido a la vida y buscar la trascendencia aun sobre la adversidad.
6.- El sentido del humor
El sentido del humor es un paso más allá del optimismo. Mientras que el optimismo se basa mayormente en la esperanza de que todo puede ir mejor, el sentido del humor es una manera de liberar carga emocional a través de la risa, ya sea propia o provocada en otras personas.
Cuando reímos también liberamos endorfinas, responsable de la sensación de bienestar y felicidad. Las endorfinas también actúan como analgésicos naturales, de manera que, si nos vemos en circunstancias de enfermedad, la risa puede aliviar o minimizar el dolor físico.
7.- Alimentar las relaciones personales y pedir ayuda.
Rodearnos de personas en las que podamos confiar, con las que podamos hablar, compartir gustos y hábitos o con las que podamos desahogarnos cuando nos encontramos mal, no es solamente recomendable para desarrollarnos como personas, también es una herramienta muy valiosa durante un proceso de resiliencia.
El sentimiento de pertenecer a un grupo se encuentra en el tercer punto de los cinco que existen dentro de las necesidades sociales, según la conocida "Pirámide de Maslow”. Lo cual nos indica que socializar y sentirnos apoyados es una de las máximas necesidades para el desarrollo y la supervivencia de las personas.
8.- De oruga a mariposa
Para que una oruga se convierta en mariposa ha de pasar por un trance que le resulta duro y doloroso. Sin embargo, durante ese doloroso proceso no se le puede, ni se le debe ayudar desde fuera a salir de su crisálida con más rapidez. Porque, de lo contrario, si la ayudáramos a salir para aliviar su dolor estaremos evitando su crecimiento, su fortalecimiento personal
Las personas somos igual cuando pasamos por un proceso debido a una crisis vital o existencial. Cuando pasamos por una situación traumática en nuestra vida, todo el proceso que conlleva después puede ir apoyado con la ayuda emocional de amigos, familiares y especialistas, pero lo que es el proceso en sí, la parte más cruda, debemos de pasarla nosotros. Será lo que nos haga más fuertes.
9.- Encontrar un sentido a nuestra vida.
La gestión más difícil para muchas personas es encontrar el significado de un suceso, buscarle sentido a una pérdida; cuando esto no es posible, tomar alguna clase de acción, tal vez hacer justicia, servir a una causa o manifestarse para reparar algún daño, etc.
10.- Descubre una nueva esperanza
Cambiar el “¿Por qué me ha pasado esto a mí?”, por “¿para qué me ha pasado esto a mí?”, cambia totalmente la perspectiva de lo sucedido.
Empieza a contemplar con esperanza algo nuevo que te permita seguir con tu vida de una nueva manera. Deja de esperar, actúa y busca nuevas conexiones que puedan minimizar el aislamiento y fomentar un tipo de apoyo que también nutra tu resiliencia.
La terapeuta Pauline Boss nos da este consejo: “No deberíamos aspirar a regresar a lo que teníamos, sino a ver qué podemos crear ahora y en el futuro”. Sugiere hacer una lluvia de ideas con otras personas y estar dispuestos a probar cosas nuevas. “Anhela algo nuevo y propositivo que te sostenga y te brinde alegría por el resto de tu vida”.
Formación recomendada por parte de SUPERCUIDADORES
Soft Skill Resiliencia
La resiliencia, en el ámbito psicológico, está tomando fuerza como capacidad potencial para salir reforzados de las dificultades. Todo un ejercicio de superación, dedicar un tiempo para aprender más de esta capacidad psicológica que todos podemos desarrollar.
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