Las personas mayores tienen derechos legítimos que deben ser atendidos, haciendo que se satisfagan todas sus necesidades vitales. Una de las disciplinas que más se han ocupado de este importante tema es la gerontología.
El enfoque de la gerontología debe ser integrativo, multi e interdisciplinar y abarcar toda la vida de la persona mayor.
La gerontología integrativa recurre a todos los recursos válidos a su alcance, y a todas las disciplinas y especialidades que le son afines o complementarias.
La gerontología integrativa se basa en los siguientes principios:
1º La pirámide de las necesidades vitales fue propuesta por Abraham Maslow, psicólogo humanista estadounidense, quien sostiene que para que las personas en general -y las personas mayores en particular- se desarrollen bien y se mantengan sanas, activas, creativas, participativas y productivas se deben cubrir de una manera escalonada sus necesidades materiales, fisiológicas, psicológicas, sociales, culturales y espirituales. En este contexto estarían: comer adecuadamente, respirar aire puro, dormir suficientemente, resguardarse del frío y del calor excesivos, disfrutar de relaciones familiares y sociales gratificantes, disfrutar de actividades lúdicas y culturales adecuadas, disponer de una vivienda apropiada, entorno saludable, cobertura de una asistencia sanitaria y social adecuadas, pensión suficiente, y dinero suficiente para vivir dignamente. Finalmente, estaría la libertad de profesar una creencia religiosa determinada.
2º Principios éticos y morales de gran interés en la protección y cuidados de las personas mayores:
- Beneficencia: hacerles todo el bien que podamos, beneficiarlos.
- No maleficencia: no causarles daño, no perjudicarles, aunque sea de una manera indirecta o solapada.
- Practicar con ellos la justicia: darles sencillamente lo que les corresponde por su dignidad, por lo que representan, y por lo que aportaron a la familia y a la sociedad a lo largo de sus vidas.
- Autonomía e independencia: permitirles y facilitarles que se desarrollen como personas libres, según sus propios principios y preferencias, y fomentando siempre la iniciativa (capacidad de decidir por sí mismas) y la creatividad personal.
Las personas mayores tienen derechos legítimos que deben ser atendidos, haciendo que se satisfagan todas sus necesidades vitales.
Si se cumplieran estos principios básicos con nuestros mayores, se evitarían muchos de los problemas y males que sufre este colectivo en la actualidad.
Pero no basta sólo con la planificación teórica o ideológica y los buenos propósitos, sino que hay que practicar una gerontología de intervención, para que llegue todas estas atenciones y servicios, a todos los mayores, estén donde estén y en la situación que estén (personas mayores sanas o enfermas, discapacitadas, solas o aisladas, excluidas, en barrios marginados, zonas rurales o alejadas, etc.).
Conclusión- planteamiento práctico:
Las personas mayores deben involucrarse y responsabilizarse ellas mismas mucho más en la protección de sus derechos.
Paso a continuación a referir un planteamiento práctico de cómo actuar ante un problema, deficiencia o carencia que padezcan los mayores y sobre todo, refiriéndome a los valores que manejamos y defendemos en las reuniones y foros en los que nos desenvolvemos.
Cualquier problema/ deficiencia de los mayores sea de la índole que sea, ha de pasar según la gerontología integrativa por estas fases:
1ª Fase de indagación: estudio observacional, estudio de campo, encuesta, entrevista personal, consulta bibliográfica, trabajo de investigación, etc. para conocer las causas que lo producen.
2ª Fase de intervención: aplicar los medios/ recursos encontrados para solucionar los problemas o remediar los males.
Medios: psicoestimulación, socioactivación, participación, modificar los parámetros culturales equivocados, los estereotipos negativos ante la vejez, modificar el hábitat físico inadecuado, haciéndolo apto para la vejez, medidas sociosanitarias y económicas adecuadas, etc.
3ª Fase de comprobación: comprobar si los medios, recursos, etc. se han aplicado correctamente y si han llegado a las personas mayores- receptoras beneficiarias- estén donde estén y como estén, como he referido: en casa con la familia, en hospitales, en residencias de mayores, zonas marginadas urbanas, zonas rurales, zonas apartadas…Y finalmente, si se ha tenido éxito.
En nuestras acciones, cometidos, proyectos… debemos tener en cuenta estos principios y sobre todo hacer que la sociedad empodere a las personas mayores para conseguir estos fines. Asimismo, las personas mayores deben involucrarse y responsabilizarse ellas mismas mucho más en la protección de sus derechos, adquiriendo habilidades, capacidades y poder para alcanzar una mayor calidad de vida, reconocimiento, visibilidad, bienestar y protagonismo en la sociedad.
Víctor López García
Médico gerontólogo
Enero, 2019
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