Concha Bravo, Concejal del Ayuntamiento de Logroño y Diputada por La Rioja en Congreso de los Diputados, nos da su punto de vista sobre el sector de la Discapacidad, Dependencia y el cuidado a personas mayores.
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¿Cómo pueden ayudar las empresas a los empleados que tengan un familiar a su cargo en situación de Discapacidad y/o Dependencia?
El cuidado de personas dependientes dentro del entorno familiar implica consecuencias difíciles de cuantificar.
Sin embargo, son sumamente relevantes para el cuidador principal, como el valor del tiempo invertido, el lucro cesante, la pérdida de oportunidades de desarrollo profesional, etc.
Un hecho aún más crítico es que en nuestra sociedad, por regla general, el "cuidador principal" es mujer. De hecho, ocho de cada diez personas que están cuidando a un familiar mayor son esposas, hijas o nueras.
Por ello, la empresa no puede ignorar esta realidad y ha de poner los medios necesarios para que las familias, y en particular el cuidador principal, puedan:
- Atender de manera digna a sus personas dependientes.
- Recibir la formación necesaria para desarrollar con eficacia esa tarea compleja que le ha sobrevenido (en este sentido, la iniciativa de la UNIR me parece ejemplar).
- Facilitar la migración de los cuidados hacia los poderes públicos, ya sea de manera directa, por parte de éstos, o mediante la subcontratación de empresas especializadas.
En consecuencia, y a mi juicio, la empresa juega un papel decisivo en la formación y la conciliación, a través de sus departamentos de RR.HH y, por supuesto, en el marco de su estrategia de RSE, Responsabilidad Social Empresarial.
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¿Cree que los responsables de Recursos Humanos deben afrontar el problema cada vez mayor de la Dependencia?
Tenemos que ser muy conscientes de que en cualquier momento cualquiera de nosotros puede convertirse en cuidador de una persona dependiente. Y, además de la ansiedad que nos genera esa nueva situación, nuestro ecosistema laboral se ve afectado.
Se trata de una hipótesis, que ya es tesis, debido a la creciente población de mayores.
Ya tenemos que empezar a hablar de la cuarta edad, mayores de 80 años
Es una realidad que no puede ignorarse desde las direcciones de RR.HH de las instituciones (tanto públicas como privadas).
Llegado ese momento, más allá de la flexibilidad que otorga la estrategia de conciliación, las empresas deben ayudar a estos empleados (“cuidadores sobrevenidos”), ofreciéndoles formación e información acerca de los servicios relacionados con la dependencia.
Todo ello, desde mi punto de vista, integrado en la estrategia de RSE de la institución.
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¿Qué es lo que más le gusta de los productos y servicios de UNIR Cuidadores?
En primer lugar, me parece que se trata de una iniciativa ejemplar toda vez que permite dar una solución “coste-efectiva” a una clara demanda social: contribuir al desarrollo personal, satisfacción y bienestar de los cuidadores principales”.
Creo que la cartera de servicios que ofrece es de máxima utilidad. Sobre todo cuando, tras sobrevenir el problema de convertirnos en “cuidadores principales”, estamos desorientados y no sabemos a dónde recurrir.
Valoro la combinación de formación e información práctica sobre cómo solicitar ayudas para la dependencia
Me parece una idea excelente que desde la página web puedan formarse futuros profesionales y que a la vez que puedan acceder a una bolsa de trabajo.
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¿Qué otros productos y servicios le gustaría encontrar en la web de UNIR Cuidadores?
La cartera de “productos y servicios” debe renovarse sistemáticamente, en función de la evolución de la demanda social. Tanto en lo que respecta a oportunidades de trabajo como en relación a la formación e información de los “cuidadores familiares”.
Nadie está preparado para afrontar de manera eficaz estas situaciones sobrevenidas. Por eso, considero que sería positivo habilitar un área específica de “Defensa de las familias con personas dependientes”, con un defensor virtual capaz atender las consultas que dichas familias puedan plantear.
También podría incluirse una lista de cuidadores profesionales debidamente acreditados para que las familias puedan recurrir a ellos, tanto a tiempo completo, como parcial. De esta manera, además, se activaría la bolsa de trabajo.
Creo que el objetivo principal es visibilizar el papel de las personas cuidadoras y promover la corresponsabilidad de esta tarea en el ámbito familiar e institucional.
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¿Qué le parece que UNIR, la Universidad en Internet, impulse el proyecto Social de UNIR Cuidadores?
Dado que la universidad está en relación dinámica con la sociedad, a través de un diálogo permanente y recíproco, cabe señalar que ésta cumple, ante todo, una función social; en consecuencia, la actividad universitaria no puede circunscribirse a la práctica académica, sino que la producción del saber deberá orientarse hacia el desarrollo humano (sostenible) desde el punto de vista económico, social, ético y filosófico.
En este sentido, el saber universitario está más allá del profesionalismo (es decir, de “fabricar profesionales”) y ha de redirigirse hacia la generación y gestión de saberes nuevos que den respuesta a las inquietudes sociales: la universidad no puede sostenerse a espaldas de la sociedad, ni la sociedad puede dejar de influir en la universidad; ambas se necesitan y son, a su vez, “causa y efecto”.
Y es precisamente en el marco de esa relación “causa-efecto” donde a mi juicio, como respuesta a una demanda social y aprovechando todo el saber encerrado en su claustro, se posiciona la iniciativa de la UNIR.
Por todo ello, estoy convencida de que se trata de una iniciativa ejemplar.