¿Qué diferencia al cuidador familiar del cuidador profesional? Te explicamos cuáles son las cualidades del buen cuidador profesional así como las ventajas de tener una formación específica para trabajar en el ámbito sociosanitario, con el amplio futuro laboral que supone.

El término ‘cuidador familiar’, también conocido como 'cuidador informal', se usa para describir a las personas que se encargan de ayudar en las actividades básicas de la vida diaria a otras que por razones de edad y/o enfermedad no pueden realizar estas funciones por sí mismas.

 

Las tareas del cuidado de un familiar se suelen repartir entre los miembros de la familia aunque la mayor carga recae de manera habitual en la pareja, como cuidador principal. De hecho y pese a su beneficiosa incorporación al mundo laboral, las mujeres siguen llevando la mayor carga de cuidados.

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¿Qué diferencia al cuidador familiar del cuidador profesional?

 

La Ley de Dependencia define al cuidador profesional como aquel que presta cuidados en una institución pública o entidad, con y sin ánimo de lucro, o como aquel profesional autónomo entre cuyas finalidades se encuentre la prestación de servicios a personas en situación de dependencia, ya sean en su hogar o en un centro.

 

Si bien es cierto que se percibe de manera distinta al cuidador que trabaja en un entorno residencial que aquel que desempeña sus labores en un entorno domiciliario, ambos trabajos tienen carácter profesional puesto que requieren para ejercerlos una formación específica.

 

En España dicha formación se regula a través de varias normativas, entre las cuales cabe destacar la Resolución del 2 de diciembre de 2008, que establece que todas aquellas personas que trabajen en el sector sociosanitario deberán disponer de un Certificado de Profesionalidad en:

1. Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes en Instituciones Sociales, el cual habilita tanto para trabajar en residencias como en domicilios.

2. Atención Sociosanitaria a Personas en el Domicilio, el cual sólo habilita para trabajar en domicilios.

A partir del 31 de diciembre de 2017 será obligatorio que todos los trabajadores del sector sociosanitario tengan las titulaciones correspondientes.

 

Cualidades del buen cuidador profesional

Vocación

La primera premisa para todo futuro cuidador profesional es que le guste dedicar parte de su tiempo a cuidar de los demás. Pese a que a veces este puede ser un trabajo estresante, la mayor de las recompensas es ver la sonrisa de un usuario.

Empatía

No sólo sirve nuestro lado vocacional sino también nuestro lado empático. Debemos aprender a situarnos en el lugar de quien está en la otra orilla, algo que abrirá un río de comprensión en nuestra mente. Reír en los momentos buenos y comprender en los malos.

Previsión

Conocer los ritmos vitales de nuestros usuarios nos ayudará a prevenir cualquier situación de riesgo. Siempre hay que estar alerta para evitar sustos innecesarios.

Habilidades sociales

Saber tratar a los usuarios y a sus familias facilitará nuestra relación con ellos. La simpatía, la capacidad de medir las palabras y la habilidad de tener mano izquierda serán nuestras grandes aliadas.

Formación

Aunque las anteriores son muy importantes, esta cualidad es esencial para saber cómo proceder con cada usuario. No todos son iguales ni tienen el mismo grado de discapacidad y/o dependencia y conocer todas las competencias necesarias para trabajar en el sector será el factor determinante que nos haga destacar sobre el resto.

 

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